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Balance positivo de los carnavales en Cayastá
Fueron noches de mucha algarabía en la histórica localidad santafesina. Se calcula que a lo largo de toda la edición 2023 del carnaval hubo miles de personas. Respecto al balance final, Berli explicó que, como habitualmente sucede en este tipo de festividades, las instituciones de la sociedad civil que administraron los espacios gastronómicos y obtuvieron buenos réditos, para solventar sus distintas actividades. “Se trabajó muy bien por suerte”, indicó el funcionario, y agregó: “Fue un carnaval muy positivo. Estamos todos muy conformes. Cumplimos con creces lo que nos propusimos”.
Vale destacar la participación de distintas comparsas de localidades aledañas como uno de datos de color, con representantes de Rincón, Helvecia, San Javier, Monte Vera, que se sumaron a las propias expresiones carnavalescas de Cayastá.
Buena ocupación de cabañas. Uno de los aspectos a remarcar son los ingresos que la localidad obtiene en materia turística, ligados al carnaval. “La afluencia de visitantes de distintas localidades a Cayastá en el marco del carnaval fue muy buena para nuestras empresas y proveedores locales. Sin dudas ha sido un buen aporte y nos permite capitalizar la experiencia para diseñar políticas de promoción turística a futuro”, manifestó más adelante Verónica Devia, vicepresidenta comunal de la localidad santafesina.
Murgas y familias a pleno
El carnaval implica un trabajo comunitario que entremezcla el esfuerzo de las comparsas y distintos números artísticos de esta fiesta, durante largos meses. “Tratamos de potenciar durante el año en distintas iniciativas socio culturales. En el caso del carnaval, es una propuesta donde los jóvenes y adultos pueden participar con sus amigos, donde las familias pueden disfrutarlo a pleno”, finalizó Berli.
El dato nacional. El feriado de Carnaval movilizó en toda la República Argentina a casi tres millones de turistas y dejó un impacto económico directo de $106.704 millones en alimentos, bebidas, alojamiento, transporte, recreación y compras diversas, de acuerdo con un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
El carnaval, una fiesta de origen pagano
El Carnaval, a lo largo de la historia, ha estado asociado tanto a celebraciones paganas como religiosas. Pero, desde una u otra perspectiva, es una fiesta permisiva que suponía unos días de euforia y relajación de las prohibiciones en la sociedad. Hoy día es una fiesta alegre y colorida, de disfraces, música y baile, centrada en la diversión de niños y adultos.
El Carnaval es una fiesta de origen pagano que se remonta a los tiempos de la antigua Grecia y Roma. Primero se celebraron las fiestas dionisíacas griegas y después las romanas.
Las saturnalias romanas aunque tenían un significado diferente del Carnaval (pues se celebraban para favorecer el paso de un año a otro) dejaron su legado del uso de máscaras, desfiles de carros o de sátira política.
Por aquel entonces existían diferentes tipos de fiestas que suponían un paréntisis en la vida cotidiana de la población romana como las Carnalias que se hacían en honor a Saturno, las Bacanales referentes al dios Baco del vino y las Lupercales al dios pan.
La palabra Carnaval procede del término latino carnelevarium que significa quitar la carne. En la Edad Media la iglesia católica prohibió su consumo durante la cuaresma cristiana.
Esta fiesta de origen pagano fue convertida con el paso del tiempo en la fiesta de la cuaresma. Incorporado a la liturgia cristiana, los carnavales significaban la algarabía para después pasar 40 días de serenidad y llegar así a la conmemoración del martirio y asesinato de Jesús.
En sociedades con mucha jerarquía y desigualdad, donde las hambrunas eran frecuentes, el Carnaval significaba un respiro, un giro de la sociedad, donde los roles sociales cambiaban y el siervo podía ejercer de amo o el gobernado de gobernante. Las máscaras permitían el cambio de identidad, la burla de la jerarquía y la caricatura del vicio y las malas costumbres.